El Treehotel, ubicado en Harads, a menos de cien kilómetros del Círculo Polar Ártico, consiste en una colección de habitaciones suspendidas entre los árboles, diseñadas por diferentes arquitectos.
Hasta el momento, se han inaugurado cuatro habitaciones de un total de seis. Una de las más curiosas es esta casita cubierta de espejos, que se mimetiza con el paisaje. Se trata de un cubo de cuatro metros de alto por cuatro metros de ancho.
Muchos se preguntan si su invisibilidad no representa un peligro para los pájaros, pero, según explicó el dueño del hotel, la superficie de la casa está cubierta de una película infrarroja que, aunque los seres humanos no la podamos ver, sí la detectan las aves.
La idea de los creadores del hotel fue buscar una manera de apreciar el bosque sin dañarlo. Todos los materiales utilizados en su construcción provienen de fuentes sostenibles y los sistemas sanitarios buscan ahorrar agua y energía.
La cabina es otra de las habitaciones del Treehotel. El énfasis de este diseño está puesto en la vista. Desde allí se puede observar el atardecer sobre el río Lule. Un noche en el hotel cuesta alrededor de US$470.
Página oficial : http://www.treehotel.se/sv/start